jueves, 12 de junio de 2008

Adolescentes ante el alcohol. La mirada de padres y madres.

http://obrasocial.lacaixa.es/estudiossociales/vol22_es.html
Estudios Sociales
Colección de Estudios Sociales:
Volumen 22: Adolescentes ante el alcohol. La mirada de padres y madres
Autores: Eusebio Megías (director), Juan Carlos Ballesteros, Fernando Conde, Javier Elzo, Teresa Laespada, Ignacio Megías y Elena Rodríguez.
El estudio plantea un análisis, de ambición globalizadora, de los muy diversos aspectos que, dentro del amplio espectro de lo sociológico, están implicados en el fenómeno del consumo de alcohol de los adolescentes españoles.
Así, se repasan las dimensiones y las tendencias cuantitativas en las últimas décadas: prevalencias, indicadores de abuso, índice de problemas, peso de las razones confesadas, indicadores de vivencia de riesgo y tasas de policonsumos.
Con especial interés se contempla el nacimiento de un nuevo modelo de consumo, muy diferente del tradicional, y se describe su génesis histórica, los cambios que lo hicieron posible y la dinámica que lo ha convertido en algo, no sólo institucionalizado, sino hasta cierto punto definitorio de la condición juvenil.
También, como parte de la obligada atención a la percepción social del fenómeno, se analiza en profundidad el discurso, y las actitudes, de padres y madres de los protagonistas. Ese discurso que da pistas sobre las posibilidades y límites de la socialización familiar; en definitiva, sobre la realidad de la educación que se realiza, o no, y que se puede realizar, en el ámbito en el que niños y niñas se preparan para ser adolescentes, y en el que, siendo ya adolescentes, deben vivir sus conflictos de crecimiento y autonomización.
Descarga del libro entero:
» I. Consumos de alcohol de los adolescentes: hablando de cifras y datos
» II. Otras dimensiones del consumo adolescente de alcohol (PDF, 273 Kb)
» III. Emergencia, afianzamiento y transformación de un modelo juvenil específico de consumo de alcohol
IV. La mirada de padres y madres
» V. Conclusiones
» Bibliografía
» Títulos publicados
Resumen :Adolescentes ante el alcohol. La mirada de padres y madres
Hasta 1975 el consumo de alcohol per cápita en España fue creciendo ininterrumpidamente, al hilo de diversas circunstancias socioeconómicas. Desde ese momento, también bajo la influencia de cambios en el contexto social, se produjo una tendencia a la disminución que se mantuvo prácticamente durante todo el último cuarto del siglo XX; a partir de ahí los niveles globales de alcohol ingerido en España se mantienen más o menos estabilizados, siempre en un rango alto, a través de hábitos perfectamente incluidos en la cultura de los españoles.
Es en este contexto en el que hay que situar los consumos adolescentes, que se ven connotados básicamente por dos circunstancias: la presencia transversal, ya señalada, del alcohol en la sociedad española, y la institucionalización de un modelo de bebida que comenzó en los años 80 del siglo pasado, que tuvo un carácter absolutamente diferencial respecto al uso tradicional del alcohol en nuestro medio y que, a estas alturas, ha adquirido una entidad propia, hasta el punto de definir, siquiera sea parcialmente, la identidad de adolescentes y de jóvenes.
Ese modelo de consumo, cuyo comienzo protagonizaron los jóvenes, estuvo determinado básicamente por el afán de escenificar una identidad juvenil diferencial y un conflicto generacional determinado por las circunstancias socioeconómicas de aquellos momentos. La crisis condicionada por el bloqueo en el acceso al mercado laboral de los hijos del baby boom, por los acelerados cambios en los referentes sociales, por la emergencia de nuevos horizontes sociopolíticos y por la instalación de España en una sociedad de consumo, se desplazó al ámbito ocio/tiempo libre/alcohol, constituyéndose en un ejemplo de ruptura generacional.
En el nuevo modelo, la necesidad de buscar un espacio y un tiempo propios, la búsqueda de unas actividades que supusieran una dimensión no tutelada por los adultos, el intento de conseguir unos ciertos niveles de "provocación controlada", hicieron que los jóvenes (e inmediatamente los adolescentes, en su afán por incorporarse cuanto antes a un imaginario de "crecimiento") articularan una forma de consumir alcohol a través de ritos y patrones diferentes, con bebidas también distintas, en escenarios grupales donde se primaba la autonomía, y con una enfatización en el exceso, al que se veía como el elemento capaz de ejemplificar el afán de diferenciación y la necesidad de contestar lo establecido por el orden adulto. De ahí que en sus inicios, el modelo de bebida juvenil subrayara la provocación y jerarquizara como prioridad la diversión sin control.
Ese modelo se vio favorecido en su desarrollo por otros elementos evolutivos de la sociedad española. Por un lado, algunas circunstancias estructurales (básicamente del mercado laboral y de las dificultades de acceso a la vivienda) ahondaron el sentido inicial, al consagrar la etapa de la adolescencia y de la juventud como algo cerrado en sí mismo, ajeno a los referentes y énfasis propios de lo social; un paréntesis en el que los objetivos vitales se centran básicamente en el ocio, en beneficiarse de unas circunstancias de transitoria irresponsabilidad, sin más cuidado que el de no instalarse en una situación que bloquee una integración futura que en ese momento no preocupa. Por otro, la deriva de valores colectivos, con priorización de aquellos referidos al bienestar personal y a la explotación del presente, no dejó de influir en esos jóvenes y adolescentes, apoyando el desarrollo del modelo que describimos.
El resultado de todo este proceso es que la socialización del acceso al alcohol ha dejado de estar en el ámbito de lo familiar, como históricamente sucedía en España, para situarse en el grupo de iguales y en espacios ajenos a la familia. Para un adolescente, aunque sus padres se lo ofrezcan, beber en casa no tiene sentido porque no es "beber"; ni el tipo de bebidas, ni lo que se valora en ellas, ni los efectos que se buscan al beber tienen nada que ver con lo que espera. Para un adolescente beber es algo distinto: bebidas singulares, en formatos propios, en espacios y momentos de los que debe apropiarse, al margen del control adulto, en la búsqueda de unos efectos psicoactivos que asocia con una mayor diversión y con ritos de celebración grupal. De ahí que, por mucho que no sea una costumbre generalizada entre los propios adolescentes, para el imaginario colectivo, el "botellón" sea la fórmula que más genuinamente representa al modelo.
Desde una perspectiva cuantitativa, la evolución descrita se ha traducido en que, hasta hace prácticamente diez años, los porcentajes de adolescentes consumidores de alcohol se incrementaran en una tendencia inequívoca: cada vez era mayor el número de los que bebían y cada vez eran mayores los porcentajes de los que, entre esos bebedores, hacían consumos excesivos. Esta situación, estabilizada en porcentajes muy altos, se ha mantenido con relativamente escasas oscilaciones, hasta los dos últimos años, en que parece haberse iniciado un cierto cambio de tendencia, traducido en más bajas prevalencias y en un menor número de episodios de descontrol. Acaso, sin olvidar otras variables preventivas, esté influyendo en este cambio de tendencias la propia evolución del modelo, que hace que se primen los intereses relacionales y vinculares, y que colectivos de jóvenes comiencen a tener una visión más critica de los episodios de exceso.
Ante toda esta situación las posturas de padres y madres muestran un notable nivel de indefinición. Por una parte, esos padres no dejan de ser personas que, ellas mismas, han vivido con intensidad la cultura alcohólica, tanto como miembros de una sociedad donde el alcohol tiene carta de naturaleza, como participantes de una forma de beber que no les es ajena en absoluto (hay que recordar que muchos padres y madres de los adolescentes actuales vivieron como protagonistas el cambio de modelo); esta situación condiciona una cierta ambivalencia al tener que conciliar la preocupación que el comportamiento de sus hijos les suscita con una visión personal que en cierta forma les hace entender esos comportamientos. Por otro lado, los padres deben enfrentar las dificultades que el proyecto educativo de sus hijos les plantea: cambios en los roles familiares que hacen acaso más fácil, pero mucho más compleja, la comunicación; falta de tiempo y oportunidades, y el conocimiento vivido de que esos hijos adolescentes, como parte de su proceso de construcción de la autonomía, precisan separarse de ellos e integrarse en el grupo de iguales.
De ahí que esta postura de padres y madres se traduzca, más allá de una cierta inhibición, en una maniobra de delegación de responsabilidades: que la escuela eduque, que los medios de comunicación no impulsen los comportamientos negativos o enfaticen modelos más integrados, que las leyes y las instituciones controlen la situación en el espacio ajeno a lo familiar. Unas responsabilidades ajenas que, aunque innegables, no evaden esa conciencia de compromiso personal que lleva a algunos padres y madres, en una minoría significativa, a reivindicar la exigencia de que la educación sobre el acceso al alcohol retorne al ámbito de lo doméstico.

Personas mayores. La vida es cambios

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La vida es cambio: en este sitio podemos descargar materiales y documentación tanto escrita como en video.

La vida es cambio
La adaptación saludable a los cambios
Adaptarnos saludablemente a los cambios exige conocimiento de nosotros mismos y preparación para los avatares de la vida, pero sobre todo requiere una dosis generosa de confianza, entusiasmo, flexibilidad, optimismo y esperanza, pues todo en nuestro universo está en constante transformación y en movimiento.
La energía, esencia de los cambios en la vida
Para vivir necesitamos energía, siendo la energía el orígen de todo cambio, ya que estar vivo es ser alguien que se transforma contínuamente.
Salud y espiritualidad
La vejez es una valiosa oportunidad para hacer frente, por fin, a aquello que es realmente importante en la vida: encontrar la respuesta a la pregunta: ¿quién soy yo?
Amor y sexualidad a lo largo de la vida
Dentro de los numerosos cambios que han protagonizado las personas mayores, está la concepción de la sexualidad. Cómo afecta este cambio a la vida privada de las personas mayores y cómo éstas varían la percepción que tienen de la vida y de cómo vivirla.
La imagen personal como forma de expresión y comunicación
con los demás
La preocupación por la imagen a lo largo de la vida: cómo influye en nuestro entorno y su evolución a lo largo de la historia de la moda
La adaptación saludable a los cambios
Luis Rojas Marcos, psiquiatra y profesor de la Universidad de Nueva York.
o Nuestros cambios
o Efectos de los cambios
o Ingredientes de la capacidad de adaptación
§ I. Los genes
§ II. La personalidad
§ III. Lo que podemos aprender
o Conclusión
o Referencias
· Ideas para el debate
o Claves para la adaptación saludable a los cambios
o La mayoría de las personas superamos los traumas con el tiempo
·La energía, esencia de los cambios en la vida
· Conferencia
Ángeles Treserra, Doctora en neurología.
o La energía como concepto
o ¿Cómo obtenemos energía los seres vivos?
o ¿Qué ocurre en el cerebro?
o ¿Qué son los neurotransmisores?
o El cambio y los cambios considerados como esencia y entidad durante la vida.
o Los estímulos
o Ejes de actividades
o Circuitos e itinerarios cerebrales
§ 1r ITINERARIO: LAS ZONAS SENSIBLES DE NUESTRO CUERPO Y EL MAPA TÁCTIL DEL CEREBRO
§ 2n ITINERARIO: LA COMUNICACIÓN
§ 3r ITINERARIO: LOS ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS
§ 4o ITINERARIO: EL SISTEMA DE LA MEMORIA
o Conclusión
o Bibliografía
· Ideas para el debate
o Claves para envejecer con dignidad
o Claves para adoptar una estrategia optimista y positiva para la longevidad
o Claves para conservar la función cerebral a lo largo de la vida
·Salud y espiritualidad
· Conferencia
Magda Català, doctora en filosofia.
· Ideas para el debate
o La evolución interna del ser humano y la salud
o ¿Quien soy yo y qual es el sentido de mi vida?
o El proceso de dejar de ser
· Descárgalo (PDF, 2 MB)
Amor y sexualidad a lo largo de la vida
· Conferencia
Ana Vásquez-Bronfman, doctora en psicología.
o Amor y sexualitad, conceptos que cambian a través del tiempo
o Historia del concepto de sexualidad
o Lo "a-normal y in-moral", culpa y secreto
o Importancia de la historia y de la historia personal
o El contexto social
o La primera vez...
o El contexto cuando los actuales Seniors eran "jóvenes adultos"
o Un lento cambio del concepto de sexualidad
o ¿Qué es actualmente un adulto mayor?
o Sufrimientos y cambios
o Seniors, los grandes miedos en cuanto a la sexualidad
o La búsqueda de una nueva pareja
o La sexualidad en los adultos mayores
o Enamorarse "ahora"
o Las transgresiones y el secreto
o Síntesis
o Comentarios a las preguntas y opiniones
· Ideas para el debate
o La sexualidad humana
o Sugerencias para que los mayores vivan la sexualidad y las relaciones interpersonales sanamente:
·La imagen personal como forma de expresión y comunicación
· Conferencia
Óscar Visitación, director de arte.
o Comentarios a las preguntas y opiniones
o Conclusión
· Ideas para el debate
o La imagen personal
o Historia de la moda

Estudios sociales.Alimentación, consumo y salud

Estudios Sociales: http://obrasocial.lacaixa.es/estudiossociales/vol24_es.html
Colección de Estudios Sociales:
Volumen 24: Alimentación, consumo y salud
Autores: Cecilia Díaz Méndez y Cristóbal Gómez Benito (coordinadores), Javier Aranceta Bartrina, Jesús Contreras Hernández, María González Álvarez, Mabel Gracia Arnaiz, Paloma Herrera Racionero, Alicia de León Arce, Emilio Luque y María Ángeles Menéndez Patterson.
Abstract
El objetivo del presente estudio es ofrecer un análisis de las situaciones alimentarias que despiertan mayor preocupación social en estos momentos, con la intención de favorecer la reflexión sobre la dimensión social de estas problemáticas y los motivos de su reciente aparición en los debates públicos. En él se encuentra una indagación sobre los conceptos de buena alimentación, seguridad alimentaria, riesgo y salud, así como su carácter mudable y sus implicaciones actuales. También se analizan los nuevos roles de las instituciones públicas y privadas frente al consumidor y los nuevos trastornos alimentarios como la obesidad y la anorexia.
Se parte de una paradoja: nunca como hasta ahora se ha sabido tanto acerca de la alimentación y de la nutrición; nunca como en la actualidad la seguridad alimentaria y la salud asociada a la alimentación han sido objeto de tanta atención (y regulación). Y sin embargo, ha aumentado la desorientación y la preocupación del consumidor, que se encuentra desconcertado por la proliferación de recomendaciones y consejos alimentarios. Las instituciones, a su vez, se muestran preocupadas por los cambios alimentarios y sus repercusiones en la salud de los ciudadanos.
En el libro se ofrecen algunas claves para comprender la raíz social de estos asuntos. Se trata de responder a algunos de los interrogantes que suscita este nuevo escenario en el que no faltan alimentos pero, curiosamente, la alimentación se ha problematizado.
» Índice (PDF, 466 Kb)
» Presentación (PDF, 424 Kb)
» Introducción (PDF, 467 Kb)
» Primera parte: La alimentación y las instituciones (PDF, 849 Kb)
» I. Evolución de las recomendaciones institucionales sobre salud y alimentación
(PDF, 538 Kb)
» II. Avances científicos en nutrición y alimentación (PDF, 525 Kb)
» III. Políticas alimentarias y seguridad del consumidor (PDF, 526 Kb)
» IV. Industria y alimentación: de la publicidad referencial a los alimentos funcionales (PDF, 505 Kb)
» V. La obesidad, más allá del consumidor: raíces estructurales de los entornos alimentarios (PDF, 499 Kb)
» Segunda parte: La respuesta del consumidor (PDF, 1,14 Mb)
» VI. Preferencias y consumos alimentarios: entre el placer, la conveniencia y la salud (PDF, 940 Kb)
» VII. Aprender a cocinar: entre el bricolaje culinario, la sopa de letras y el guiso audiovisual (PDF, 523 Kb)
» VIII. Obesidad infantil: nuevos hábitos alimentarios y nuevos riesgos para la salud (PDF, 604 Kb)
» Conclusiones: problemáticas actuales en torno a la alimentación, el consumo y la salud (PDF, 497 Kb)
» Bibliografía (PDF, 505 Kb)
» Índice de gráficos y tablas (PDF, 419 Kb)
» Títulos publicados (PDF, 439 Kb)
Este libro tiene por objetivo ofrecer un análisis de las situaciones alimentarias que despiertan mayor preocupación social en estos momentos, con la intención de favorecer la reflexión sobre la dimensión social de los problemas alimentarios y los motivos de su reciente aparición en los debates públicos. Se indaga sobre los conceptos de buena alimentación, seguridad alimentaria, riesgo alimentario y salud y los nuevos roles de las instituciones públicas y privadas frente al consumidor, y de éste ante los nuevos problemas asociados al consumo de alimentos.

La preocupación inicial de estos textos tiene que ver con una paradoja: nunca como hasta ahora se ha sabido tanto acerca de la alimentación y de la nutrición, nunca como hasta ahora el consumidor ha tenido tanta información sobre esos temas y nunca como hasta ahora la seguridad alimentaria y la salud asociada a la alimentación han sido objeto de tanta atención (y regulación) desde muy diversas instancias públicas y privadas. Sin embargo, nunca antes el consumidor se ha encontrado tan desorientado y desconcertado por la proliferación de recomendaciones y consejos alimentarios, sin llegar a saber bien lo que se entiende por una buena alimentación. Pero además, todo esto sucede en un contexto donde, curiosamente, la inseguridad asociada a la falta de comida ha dejado de formar parte de la vida cotidiana de los españoles.

Se ha considerado relevante afrontar la tarea de explorar las problemáticas alimentarias con dos marcos de referencia: uno, situado en el ámbito de las instituciones; otro, en el campo del consumidor. Esta orientación responde a una amplia concepción de los escenarios en los que se producen los intercambios alimentarios, pero responde también a la constatación de su problematización a medida que ha avanzado la moderna sociedad de consumo.

La primera parte ofrece un análisis de la forma en que se aborda la alimentación desde las instituciones (las administraciones públicas y las empresas agroalimentarias) y la incidencia que tienen sus intervenciones en los comportamientos de los consumidores. En este sentido, el contexto institucional y estructural se manifiesta, por un lado, en forma de recomendaciones sobre lo que es adecuado para alimentarse correctamente, es decir, el concepto de dieta saludable y los modelos alimentarios presentados como deseables, por otro lado, en forma de estímulos o presiones sobre determinados consumos. En el primer caso, estamos ante la labor de instituciones públicas y privadas que persiguen mejorar la salud de la población a través de las recomendaciones alimentarias. En el segundo caso, estamos ante los efectos de la publicidad y de la estructura del sistema agroalimentario moderno. Y si bien en ambos casos hay que reconocer los efectos positivos sobre los hábitos alimentarios de la población, es obligado también hacer notar otros efectos negativos sobre los mismos.

La evolución de las recomendaciones alimentarias presenta tantas contradicciones y se presenta tan mudable y tan vinculada a factores históricos y económicos que produce en el consumidor no poca incertidumbre y desconcierto, mientras que muchos problemas de salud ligada con la alimentación están estrechamente vinculados con la oferta alimentaria, de modo que se puede hablar de contextos estructurales patogénicos en relación con la alimentación. Reconocer esto es importante para plantearse estrategias de mejora de los hábitos alimentarios de la población y superar la visión que reduce este problema al ámbito de las decisiones individuales, de la educación y de la información.

Igualmente, los avances en la regulación alimentaria ponen de manifiesto dos cosas: por un lado, la mayor preocupación de los poderes públicos sobre estos temas y por otro, los riesgos asociados al sistema industrial de producción de alimentos. Los avances en la regulación alimentaria se han producido con mucha frecuencia tras las crisis alimentarias y esto nos muestra que esta labor es más reactiva que preventiva.

Hoy, los problemas alimentarios aparecen unidos a fenómenos sociales que tienen poco que ver con la escasez y mucho con la abundancia y la globalización. El concepto de seguridad alimentaria ha pasado de ser una cuestión vinculada con la escasez (la seguridad en el abastecimiento y el acceso a los alimentos) a otra vinculada con la salud (la seguridad en la calidad y salubridad alimentaria). Un cambio que está relacionado con los avances en las ciencias de la alimentación, en las propias concepciones de salud y de alimentación, cambios en la percepción de la seguridad y el riesgo, cambios en el perfil del consumidor, cambios en el papel de las instituciones. Todo ello contribuye a mostrar lo que podría denominarse un nuevo orden alimentario.

La segunda parte se centra en el estudio del consumidor, pues aunque resulta imposible establecer una relación causal con las acciones de las instituciones tratadas en la primera parte, el consumidor es el centro de las decisiones, de las polémicas y de los problemas. Se describen aquí algunos comportamientos alimentarios de los consumidores y su universo de actitudes, valores, preferencias, conocimientos y hábitos alimentarios. El objetivo es conocer y comprender las motivaciones para el consumo y con ello el trasfondo de las elecciones de los alimentos. En cada uno de los capítulos se tratan algunas de las cuestiones más polémicas, como por ejemplo: los problemas de reproducción de la cultura alimentaria española tradicional y las implicaciones que esto tiene en la elaboración de las dietas cotidianas; y los problemas de obesidad de la población infantil, como consecuencias de los inadecuados hábitos alimentarios. Se explican cuales son las bases de estos comportamientos y cómo decaen unos hábitos y emergen otros. Todo ello permite responder a algunas de las cuestiones que más preocupan en relación con los hábitos alimentarios inapropiados y adentrarnos en el origen de lo que ya se consideran nuevos males.

En este escenario, se entiende que los nuevos problemas alimentarios tienen una importante raíz social y están íntimamente relacionados con el cambio que se ha producido con la modernidad de las sociedades en otros ámbitos de la vida de las personas. En las elecciones que las personas hacen de la alimentación cotidiana intervienen factores y actores difícilmente controlables en su totalidad y con dinámicas de acción diversas que muestran la complejidad de lo que se conoce como sistema agroalimentario: el recorrido de la comida desde la tierra al plato.

Históricamente, las recomendaciones alimentarias se han sustentado en los consejos de las ciencias de la alimentación (médicos y nutricionistas) para cambiar determinadas prácticas y hábitos considerados por estos expertos como poco saludables. Estas recomendaciones han girado, no solamente sobre lo que se consume, sino también sobre cuánto, cómo, cuándo y dónde se consume. Y cuando hablamos de prácticas y hábitos, éstos dependen de ideas, valores, conocimientos, prejuicios, etc., acerca de la comida, pero también de necesidades, situaciones y condiciones sociales. Posiblemente por la constatación de estos factores en la alimentación actual, toman ahora especial protagonismo las ciencias sociales, pues se ha puesto en evidencia que las políticas dirigidas a mejorar esas prácticas y hábitos, a través de la difusión de dietas saludables y de recomendaciones alimentarias, no funcionan adecuadamente sin apoyarse, además de en sólidos conocimientos científicos sobre dietética y nutrición, en una comprensión sociológica de las condiciones sociales de la alimentación de los grupos humanos.

Por este motivo, hemos afrontado esta tarea de análisis y reflexión con un grupo de prestigiosos expertos nacionales, tanto del campo de la nutrición y la salud, como del derecho, la antropología y la sociología, aunque con una clara perspectiva sociológica sobre la alimentación. Todos compartimos una común preocupación ante los datos que muestran rasgos de deterioro alimentario y que parecen alejar las dietas de la población de lo que se considera saludable, en particular la preocupación por el creciente aumento de la obesidad infantil o por los trastornos alimentarios. Pero también compartimos la certeza de que los problemas alimentarios, en la actualidad, no están solamente ligados a las posibles alteraciones de la dieta y a los malos hábitos alimentarios de las familias, sino a cuestiones de mayor calado que sobrepasan las posibilidades reales de actuar sobre la alimentación de los propios ciudadanos. El problema no es, solamente, si comemos cada vez peor, sino si en la sociedad en la que vivimos es posible comer bien. No se trata tanto de si hay o no un alejamiento de las dietas consideradas saludables, sino de si existen las condiciones sociales óptimas (políticas, culturales, económicas) para que todos y cada uno de los ciudadanos puedan alimentarse saludablemente